Diario de una cuarentena IV
Jugar a las tarjetas con mis hijas se está convirtiendo más que en una diversión, en un experimento sociológico sobre brecha generacional e influencia cultural de los dispositivos electrónicos. El juego está bien, es entretenido. Pero lo fastuoso no es eso. Lo que lo hará inolvidable y digno de recordar en mi lecho de muerte...